El rábano es un ingrediente que muchas veces pasamos por alto en ensaladas, guarniciones o platos principales (a menos que se trate del pozole). Sin embargo es un alimento que cuenta con un montón de beneficios nutricionales y que sería bueno que añadiéramos de forma constante a nuestra dieta.
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Los rábanos son miembros de la familia Brassicaceae, que también incluye a la mostaza y la col. La raíz del rábano está relacionada con la kale, brócoli, coliflor y rábano picante. También están relacionados con el wasabi, un tipo de rábano picante que es un condimento básico en la cocina japonesa. Existen un montón de variedades que varían en color y tamaño, ya que pueden ser tan pequeños como un jitomate cherry o tan grandes como una pelota de futbol.
El rábano se considera un alimento alcalino que ayuda a mantener el equilibrio del pH en el cuerpo. Otros ingredientes de este grupo son el aguacate, alfalfa, pepino, col rizada (kale), jícama, wheat grass, brócoli, orégano, ajo, jengibre, judías verdes, endivia, col, apio, betabel, almendras, alubias, sandía, jitomate, higos y plátanos maduros.
Se cree que el rábano puede ser un remedio natural para la ictericia. La mayoría de las veces, la coloración amarillenta en la piel, las mucosas y la parte blanca del ojo, es el resultado de altos niveles de bilirrubina en la sangre. Se ha visto que el rábano es capaz de reducir los niveles de bilirrubina así como realizar funciones de desintoxicación hepática.
Aunque no lo creas, los rábanos son una excelente fuente de vitamina C. Una porción de rábanos contienen 17.2 miligramos de esta vitamina, que es más o menos el 29 por ciento del requerimiento diario. Como sabes la vitamina C es un antioxidante con un montón de beneficios, por ejemplo es un componente esencial para la formación de colágeno, un elemento súper importante para reducir el daño en los cartílagos.
Los rábanos contienen una buena cantidad de fibra. Al igual que otros alimentos altos en fibra, los rábanos ayudan a sentirnos satisfechos al momento de comer, reduciendo nuestra ingesta de grandes calorías, de la misma forma ayudan a regular los movimientos intestinales, eliminando el estreñimiento. Además el rábano contiene muy pocas calorías y una gran cantidad de agua, convirtiéndolo en una buena opción para cualquier persona que esté intentando bajar de peso.
Además los rábanos contiene un tipo de flavonoides llamados antocianinas, el mismo flavonoide que se encuentra en las moras azules (blueberries). Se cree que las antocianinas poseen propiedades anti-inflamatorias que podrían ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, así como algunos de sus efectos como la enfermedad arterial periférica, la insuficiencia cardíaca e inclusive la enfermedad renal.
Desde hace muchos años el rábano se considerable un ingrediente importante para tener una piel saludable. Hoy en día se sabe que esto es gracias a los diversos nutrientes que contiene como vitaminas del complejo B, zinc, fósforo y vitamina C. Además, como ya habíamos mencionado, el rábano contiene agua, que ayuda a la hidratación de la piel.
A pesar del montón de beneficios, sabemos que los rábanos tienen un sabor bastante distintivo que no a muchas personas les gusta. Para disfrutar de todos sus beneficios, lo mejor es irlos añadiendo poco a poco a diferentes platillos, para que nuestro paladar se acostumbre. Si lo cortas en trozos pequeños, es menos evidente y más fácil de comer.
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