Como todos sabemos, las modas vienen y van. En los últimos años las mujeres nos hemos obsesionado por estar siempre delgadas, con conceptos tan extremos como el thigh gap, o hueco entre los muslos, sabiendo que pocas mujeres tienen esta forma de manera natural. La finalidad de esta y muchas otras modas, es ser atractivas. ¿Pero realmente es eso lo que los hombres encuentran atractivo?
Hace unos días me encontré un artículo en la revista Psychology Today que habla justamente del atractivo de las curvas. En general, los hombres califican como más atractivas, a las mujeres que tienen un tamaño de cintura entre un 60-70 por ciento más pequeño que el tamaño de las caderas. Esto aplica para todos los hombres, incluidos aquellos que no están expuestos a medios de comunicación occidentales. Se ha visto que ver a una mujer con una figura curvilínea, estimula el centro de recompensa y placer de los hombres. El problema es que hoy en día, la imagen de la figura ideal para una mujer, no está sujeto a las opiniones de los hombres, si no que está mucho más influenciada por la cultura en la que vive.
Además de tener una cintura más pequeña en relación con las caderas, los hombres también prefieren que las mujeres tengan una buena proporción de grasa en las piernas. En promedio, un tercio del peso corporal de una mujer se acumula en las piernas y en las caderas. Desde hace muchos años se asocia la figura de reloj de arena con una mayor fertilidad y una mejor capacidad para dar a luz. ¿Es eso cierto?
Según el artículo, la cantidad total de grasa de una mujer, es siete veces mayor comparada con otros animales, y obviamente mucho mayor a la de los hombres. Sólo los osos listos para hibernar, los pingüinos que enfrentan un invierno sin sol y sin alimentos, o las ballenas que nadan en aguas árticas, tienen porcentajes de grasa cercanos a los de una mujer adulta sana y saludable. ¿Por qué nuestros cuerpos están diseñados para almacenar tanta grasa en las caderas, glúteos y piernas?
Una posible razón es que la grasa almacenada en estas áreas se mantiene casi constante a pesar de los cambios de peso, a diferencia de la grasa del tren superior. La grasa almacenada en estas áreas es muy importante para las mujeres embarazadas. Solamente durante los últimos meses de embarazo y durante la lactancia, la grasa de estas áreas se deshace para que el bebé la utilice como alimento para crecer rápidamente.
De la misma forma que las mujeres tenemos siete veces más grasa que cualquier otra especie, el cerebro de los bebés es siete veces más grande que el de cualquier otro animal, y que crece más rápido durante los dos primeros años de vida. Además de agua, la mayor parte del cerebro humano es grasa, especialmente ácidos grasos omega-3 llamados ácido docosahexaenoico, o DHA. El cuerpo humano no puede producir omega-3, sólo la obtenemos de lo que comemos, y la grasa de las caderas y las piernas de las mujeres contiene bastante DHA.
Los bebés necesitan bastante DHA por el rápido crecimiento de sus cerebros. Las madres no pueden suministrar suficiente DHA a partir de su dieta diaria, así que la mayor parte de DHA en la leche materna proviene del almacenaje de grasa en las caderas.
En varios estudios se ha comprobado que las mujeres con una figura más curvilínea tienen mayor cantidad de DHA almacenado en su grasa corporal. Y debido a que el DHA hace que nuestros cerebros funcionen mejor, las mujeres con curvas pronunciadas tienen hijos más inteligentes, y ellas mismas califican mejor en pruebas de inteligencia. Los niños que viven en países donde las madres tienen altos niveles de DHA en la leche materna, tienen mejore puntuaciones en las pruebas de capacidad académica, independientemente de su nivel socio económico.
Además del almacenaje de grasa, las mujeres con cinturas pequeñas son un indicador para los hombres de que es muy probable que no estuvieron embarazadas antes. Además este tipo de cuerpo curvilíneo tiene menos probabilidad de presentar complicaciones en el trabajo de parto.
Los cuerpos de las mujeres, especialmente en México, han cambiado en los últimos años, aumentando bastante de peso, pero eso no significa que la cantidad de omega-3 también incremente. Las grasas omega-3 que almacenamos en nuestras caderas, depende de la cantidad de omega-3 que ingerimos en nuestra dieta. El problema es que las dietas actuales son deficientes en omega-3. Las compañías de alimentos eliminan el omega-3 de los alimentos para aumentar su vida de anaquel. Este ácido graso es reemplazado por omega-6, que es mucho más baratos y más estable.
La mayoría de los omega-6 de nuestra dieta proviene de aceites procesados de soya y maíz. A través de la historia la relación de omega-3 y omega-6 que consumíamos era relativamente equivalente, el día de hoy nuestra dieta se compone de 20 a 25 veces más omega-6 que omega-3.
Probablemente si se le pregunta a cualquier hombre porque prefiere una figura tipo reloj de arena, no sepa dar una explicación tan completa. Pero sus preferencias parece que están en sus genes desde hace miles de años, donde buscan mujeres que puedan tener hijos con éxito, para continuar la especie.
Imágenes | Sascha Kohlmann | Jes | woodleywonderworks | Søren Øxenhave |
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