Cada vez son más los médicos y hospitales que se dan cuenta de los beneficios de la música en el tratamiento de enfermedades, sobre todo en la pronta recuperación de enfermedades con pronósticos difíciles y en la calidad de vida de los pacientes. Es una terapia que apenas está tomando fuerza en nuestro país, pero en otros países ya está bien establecido.
En un estudio se demostró que la música que las personas describen como muy emocional, activa su sistema de recompensa en el cerebro, activando los núcleos subcorticales que se saben son de suma importancia en la recompensa, motivación y emoción. Cuando una persona siente escalofríos al escuchar su música preferida, se libera dopamina.
En la terapia musical se tiene un conocimiento profundo de cómo la música puede evocar respuestas emocionales para relajar o estimular a la gente, y sobre todo ayudarles a sanar. Uno de los principales objetivos de los terapeutas musicales es encontrar, entre toda la variedad de estilos musicales que existen, el estilo específico para cada persona, que la puede ayudar durante una rehabilitación física difícil.
La terapia musical no tiene límites, ya que los terapeutas pueden tocar música para el paciente, junto con el paciente, o lo pueden enseñar a tocar un instrumento. Los músicos terapeutas tienen que dominar una gran variedad de estilos e instrumentos, ya que para un paciente puede resultar sanador un tambor, para otro un ukulele, y para otro música electrónica proveniente de una computadora.
Se han realizado varios estudios demostrando la efectividad de este tipo de terapias. Se han observado mejoras en procedimientos invasivos, como colonoscopias, angiografías cardiacas y cirugías de rodilla, en aquellos pacientes que escucharon música antes de su procedimiento, sobre todo en la reducción de la ansiedad y en una menor necesidad de sedantes. Los que escucharon música en la sala de operaciones reportaron menos molestias durante el procedimiento. Y escuchar música en la sala de recuperación bajó el uso de analgésicos opioides.
También se ha observado que la terapia musical puede ser de ayuda en las personas que están en recuperación después de un accidente cerebrovascular o una lesión cerebral traumática donde se dañó el lado izquierdo del cerebro, encargado del habla. La capacidad de cantar se origina en el lado derecho del cerebro, así que las personas pueden trabajar el daño a la parte izquierda del cerebro, primero cantando sus pensamientos y luego quitando la melodía poco a poco.
Se ha visto que reduce los efectos secundarios de la terapia del cáncer, sobre todo la ansiedad asociada con la quimioterapia y radioterapia. También ayuda a calmar las náuseas y los vómitos en los pacientes de quimioterapia.
Un área muy estudiada de la terapia musical es en relación con los pacientes con demencia y Alzheimer. En estos pacientes, la habilidad de recordar melodías y canciones se mantiene intacta hasta ya muy avanzada la enfermedad. Se ha visto que la terapia musical puede ayudar a recordar recuerdos, reducir la ansiedad, ayudar en la comunicación y a mejorar la coordinación física. La música es una forma de estímulo sensorial, lo que provoca respuestas debido a la familiaridad, la previsibilidad y la sensación de seguridad asociada a ella.
Así que la próxima vez que tú o algún conocido, se encuentren en un proceso de rehabilitación o recuperación, los podrías ayudar con una lista con su música favorita.
Imágenes | Nickolai Kashirin | Hans Splinter | abstrkt.ch | Pawel Loj |
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