Cuando alguien empieza un régimen de ejercicio con la finalidad de perder peso, es común que la báscula aparezca constantemente. Muchas veces los números en la báscula no cambian mucho, y puede llegar a ser un poco deprimente para la persona que lo está intentando. La vez pasada escuche a una persona decirle a otra, “no te desanimes, el músculo pesa más que la grasa, por eso no has visto cambios en la báscula”.
Me llamo mucho la atención su comentario. Al final de cuentas, un kilo de grasa pesa lo mismo que un kilo de músculo, igual que un kilo de ladrillos pesa lo mismo que un kilo de plumas. Creo que la diferencia está en la composición y densidad entre el tejido muscular y el tejido adiposo.
Un músculo es 18 por ciento más denso que la grasa, por lo tanto un kilo de músculo, ocupa menos espacio que un kilo de grasa. El tejido muscular es mucho más compacto en comparación con el tejido adiposo que es más disperso. Por lo tanto, una persona que tiene un porcentaje corporal alto de grasa, se verá “más llenito”, comparado con una persona con un alto porcentaje corporal de músculo magro. Por eso es posible verse más delgado, sin una pérdida significativa de peso.
Cuando se habla de volumen, y no de peso, es cuando las cosas son diferentes. Un centímetro cúbico de músculo, pesará más que un centímetro cúbico de grasa. Por eso cuando estás a dieta junto con un programa de ejercicio, es importante analizar la composición corporal, no solamente los número de la báscula.
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