Todos hemos oído esa odiosa frase de "es que tengo lento el metabolismo" e inclusive podemos ser víctimas de dicho padecimiento, sin embargo no todo esta terminado, hay hábitos que lo vuelven lento y que fácilmente se pueden identificar para que puedas hacer algo al respecto. Conoce cuáles son los 5 hábitos mas comunes que vuelven lento el metabolismo.
Existe una rama de la psicología de la alimentación que estudia cómo es que nuestros pensamientos, creencias y emociones impactan de forma directa sobre cómo asimilamos, digerimos y quemamos calorías. ¿No lo crees? ¿Por qué crees entonces que existen tantas personas con sobrepeso en el mundo que se matan en dietas, comen realmente poco y viven metidos en gimnasios sin ver resultados?
Hay una serie de factores psicológicos que impactan directamente en nuestros resultados. Lo bueno, es que al ser originados por nuestro cerebro tenemos el poder de cambiarlos, ya que tu eres dueño de tus pensamientos, creencias y sentimientos, así. que esa debe ser tu herramienta secreta para voltearlo a tu favor.
5 hábitos que vuelven lento a tu metabolismo
- Estar a dieta.
- Pensar que estás gordo/a.
- Frustrarte porque no bajas de peso.
- Hacer un exceso de ejercicio.
- Llevar una dieta baja tan baja en calorías que se vuelve baja en nutrientes
¡Ups! ¿Te identificaste con alguno? Yo creo que mas bien con mas de uno.
¿Qué puedes hacer al respecto?
Como te decía, no todo esta perdido, los siguientes puntos ayudarán de forma concreta a que tu cuerpo empiece a soltar esa grasa que llevas almacenando hace tiempo.
1. Incorpora un plan de alimentación repleto de nutrientes.
Debes entender que si tu cuerpo detecta una carencia (de vitaminas, minerales, sodio, potasio, omega-3, y/o cualquier nutriente) entrará en un estado de alerta y supervivencia y se dedicará a almacenar todo (¡todo!) lo que le des, principalmente la grasa y además de todo jamás desarrollará músculo
El limitar tus calorías o tomar puros jugos verdes no es la solución. Necesitas todo un balance macronutricional.
2. Acepta tu cuerpo
Se que es muy difícil a veces entender este concepto, pero un cuerpo sano es un cuerpo que se respeta a si mismo tal y como es; busca mejorar, pero por un concepto 100% enfocado al bienestar y a la salud, no tanto a la estética.
3. Aprende a relajarte.
En repetidas ocasiones hemos hablado aquí sobre la hormona cortisol, liberada en situaciones de estrés y responsable del almacenamiento de grasa. Si de por si hoy en día vivimos estresados por situaciones laborales, económicas y/o de pareja, si añades todavía una carga más de estrés por sentir que tu peso no es el adecuado, ahí te encargo tu almacenamiento de grasa a full.
4. Incorpora alimentos placenteros en tu alimentación.
¡No sufras! Las dietas no se tratan de restricciones, se tratan de que aprendas a comer bajo un nuevo estilo de vida, combina sabores, texturas, alimentos saludables que te harán sentir mejor por dentro y por fuera. Explora nuevas frutas, verduras, leguminosas y si de repente vas a pecar tantito, ¡no pasa nada! siempre y cuando sea algo esporádico no por eso perderás todo lo ganado.
5. Haz sólo ejercicio que disfrutes.
Hasta hace algunos años, el ejercicio para mi era símbolo de castigo. Vivía aferrada con mi peso y odiando el ejercicio, así que lo hacia como manda para poder conseguir el peso deseado.
En mi caso, si quiera me atrevía a explorar otros deportes; después cuando empece a correr por todas las razones que siempre les cuento descubrí en mi a una corredora oculta, que se esforzaba por hacer el mínimo y se empeñaba en tener resultados. Si no te gusta el cardio, intenta trabajo de fuerza, si prefieres la aventura practica algún deporte en exteriores como rappel, alpinismo, senderismo, bicicleta de montaña o inclusive caminata. Es cuestión de que te des la oportunidad.
Al sólo hacer ejercicio que disfrutes, podrás incorporar una forma de movimiento a tu estilo de vida que sea sostenible (en vez de auto impuesta y obligada por tus padres o por la sociedad).
Imágenes | Zach Dischner | lithian | Tania Zbrodko
En Vitónica México | Qué funciona (y qué no) para acelerar tu metabolismo
