Cuando los capilares se expanden, los nervios que lo rodean se convierten en estímulos y envían mensajes al cerebro, que leen esa sensación como picazón. Por desgracia, esa picazón es el reflejo de haber dejado el entrenamiento en las vacaciones de verano. Para evitar que las piernas tengan esa sensación de comezón, el ideal es mantenerte al día con tu rutina de ejercicio regular.
Al igual que una cara roja durante el ejercicio, las piernas que pican no son motivo de alarma, que mas que dolor el resultado es urticaria; ésta, inducida por el ejercicio, es en cierto sentido una buena noticia para tu circulación.
Ojo, si también estás experimentando dolor de estómago, hinchazón de la cara o lengua, o dificultad para respirar, busque atención médica de inmediato.
Imagen | danichro
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