La jericalla tapatía es un postre tradicional de Guadalajara que conquista a cualquiera por su combinación perfecta de textura cremosa y superficie doradita. Similar al flan, pero más ligera, esta delicia se disfruta en desayunos, meriendas o como el cierre dulce de cualquier comida. Aunque muchos prefieren comprar jericallas ya hechas, no hay nada mejor que hacerlas en casa y darles tu toque personal.
Con un truco casero y solo 5 ingredientes podrás lograr la textura ideal de las jericallas sin complicaciones. Con esta receta podrás sorprender a tus invitados o darte un gusto personal, logrando que la capa superior quede ligeramente caramelizada mientras el interior mantenga esa suavidad característica que hace única a la jericalla.
Truco para el dorado perfecto
El secreto para lograr que la superficie quede ligeramente caramelizada sin perder la cremosidad interior está en el baño maría y en controlar la temperatura del horno: Cocinar tus postres a fuego moderado permite que la mezcla se cocine de manera uniforme, mientras que espolvorear azúcar antes del gratinado crea esa capa dorada y crujiente que caracteriza a la jericalla tapatía.
Ingredientes
- Leche entera 500 ml
- 4 yemas de huevo
- Azúcar 100 g
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- Canela en polvo al gusto
Cómo hacer jericallas tapatías cremosas
- Tiempo total 1 h
- Elaboración 20 m
- Cocción 40 m
- Precalienta el horno a 180 °C y prepara un baño maría en el que colocarás los moldes individuales o un refractario grande.
- Calienta la leche en una olla a fuego medio con la canela y la vainilla, sin que llegue a hervir. Retira del fuego y deja infusionar unos minutos.
- En un bol aparte, bate las yemas con el azúcar hasta que la mezcla blanquee y su textura sea cremosa.
- Agrega lentamente la leche infusionada sobre las yemas, mezclando constantemente para que el huevo no se cocine de manera brusca.
- Vierte la mezcla en los moldes individuales o en un refractario resistente al horno.
- Coloca los moldes en el baño maría y hornea durante 35-40 minutos, hasta que la superficie esté doradita y al insertar un palillo en el centro, este salga limpio.
- Deja enfriar las jericallas tapatías a temperatura ambiente y refrigera al menos una hora antes de servir. Para un dorado extra, puedes espolvorear un poco de azúcar sobre la superficie y gratinar unos minutos con el horno encendido al máximo o con un soplete de cocina.
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