Las ensaladas pre-lavadas que se venden en paquetes listas para comer, sin duda son una gran ayuda para aquellas personas que no tienen mucho tiempo para cocinar y quieren incluir verduras en su dieta. En los últimos cinco años, las ventas de ensaladas empacadas han aumentado 6.5 por ciento cada año. En cambio, la venta de lechugas enteras se ha mantenido sin cambios. Pero ¿realmente es saludable este producto?
Seguramente has escuchado o leído alguna noticia que habla de enfermedades transmitidas por alimentos de hojas verdes empaquetados. Pero la opinión está dividida. Algunos aseguran que el riesgo de contraer una enfermedad al consumir este tipo de productos es muy bajo, y no más alto que el consumir una cabeza de lechuga y lavarla en casa. La mayoría de los productores lavan este tipo de verduras hasta tres veces y utilizan varios procesos para reducir el riesgo de patógenos en sus productos.
Por lo general las verduras de hoja verde pre-lavadas se someten a un proceso llamado empaquetado de atmósfera modificada. Básicamente se trata de un envase de plástico diseñado para “respirar”, que al mismo tiempo mantiene un nivel de oxigeno mínimo, y más dióxido de carbono, que la atmosfera natural. La finalidad de esta tecnología es aumentar el tiempo de vida y evitar la descomposición.
Sin embargo un estudio publicado en la revista científica Applied and Environmental Microbiology habla del otro lado de la moneda. Según los resultados, las bolsas de verduras pre-lavadas son el lugar ideal para el desarrollo de bacterias potencialmente dañinas. El principal culpable es el líquido liberado cuando las hojas se maltratan. El “jugo de ensalada”, como lo llaman los investigadores, es un medio ideal para el aumento exponencial de las bacterias, inclusive a una temperatura de refrigerador. En el estudio el número de bacterias aumento de 100 a 100,000 células en sólo cinco días.
Algo que llama la atención del estudio es que el jugo no sólo permite que las bacterias se peguen más al interior de la bolsa de plástico, sino que también crea un revestimiento en las hojas que atrapa las bacterias con tanta fuerza que no se despegan a pesar de ser lavadas. La forma en la que bacterias pueden entrar a las ensaladas empacadas es a través de agua de riego contaminada, tierra, y manos humanas contaminadas durante la cosecha, el procesamiento y el envasado.
En relación con el medio ambiente, el hecho de lavar las verduras tres veces para evitar infecciones bacterianas, genera un costo importante en el consumo de agua. Además las verduras empacadas requieren un gasto de electricidad debido al uso de máquinas utilizadas durante el procesamiento. Eso sin contar que se utiliza una bolsa de plástico que al final terminara en la basura.
Después de todo esto ¿debes de deshacerte de las ensaladas pre-lavadas y empacadas? Sin duda un pregunta difícil. Para muchos expertos la respuesta es un “no” rotundo, sobre todo si eso significa que las personas eliminaran su porción diarias de verduras. La realidad es que la conveniencia de las verduras listas para comer, las ha convertido en una excelente opción para motivar a las personas a comer más verduras.
Para mejorar tu experiencia, y prevenir enfermedades, al consumir este tipo de productos, las recomendaciones son lavarlas nuevamente. Escoge los empaques refrigerados, aquellos que tengan la fecha de caducidad más alejada y sobre todo que no muestren signos de humedad o el famoso “jugo de ensalada”. Las hojas deben de tener una apariencia seca y crujiente. Una vez en casa, mantén el empaque refrigerado y consúmelo lo antes posible.
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