Desde hace tiempo se ha sabido que la comida favorita del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es la comida rápida por lo que su dieta se basaba en refresco de dieta, hamburguesas, pollo frito y pizza, un estilo de alimentación nada saludable que tarde o temprano tendría consecuencias en su salud.
De allí, que su médico le ordenara desde hace un par de semanas cambiar sus hamburguesas de McDonald's, sus sandwiches y sus malteadas de chocolate por una dieta con menor cantidad de carnes rojas y más pescado que le ayude a reducir unos cuantos kilos de su peso.
Durante el pasado mes de enero, Trump se sometió a un examen físico que le indicó a su médico de nombre Ronny Jackson que su peso de 239 libras (aproximadamente 108.5 kilogramos) estaba en el límite del sobrepeso y la obesidad, por lo cual le aconsejó una dieta con menos grasas y carbohidratos, así como hacer ejercicio con regularidad.
Tanto Ronny Jackson como Jennifer Pena, médico del vicepresidente, han afirmado que no sólo es Donald Trump a quien le han realizado estas recomendaciones, sino también a otros funcionarios de su gobierno a quienes se les ha instado a hacer elecciones más saludables en sus alimentos. De acuerdo a Bloomberg, Trump no ha probado hamburguesas en dos semanas, y parece estar disfrutando de sus ensaladas y una que otra indulgencia, como el tocino.
Vía | Bloomberg
